Shohei Ohtani, estrella de los Dodgers de Los Ángeles, fue acusado junto a su agente, Nez Balelo, de interferir y provocar el despido de dos socios clave en un desarrollo inmobiliario de lujo valuado en 240 millones de dólares, ubicado en la exclusiva Costa Hapuna, en la Isla Grande de Hawái.
De acuerdo con la demanda presentada el viernes en el Tribunal de Circuito de Hawái, el promotor Kevin J. Hayes Sr. y la agente inmobiliaria Tomoko Matsumoto fueron apartados del proyecto a petición de Balelo, luego de exigir cada vez más concesiones al promotor y finalmente presionar a la firma Kingsbarn Realty Capital para excluirlos del acuerdo.
En el documento judicial, los demandantes aseguran que Ohtani y su agente, quienes se incorporaron al proyecto por su valor de marca y proyección mediática, “utilizaron su influencia como celebridades para desestabilizar y desmantelar el papel de los demandantes, actuando únicamente por interés propio”.
La demanda incluye acusaciones de interferencia ilícita y enriquecimiento indebido, además de señalar que Ohtani y Balelo habrían intentado afectar un segundo desarrollo vecino. Hayes, con cuatro décadas de experiencia en bienes raíces, y Matsumoto, quien sería la responsable de vender residencias con un precio promedio de 17,3 millones de dólares, afirman que podrían perder millones en comisiones, honorarios de construcción e ingresos proyectados.
Ohtani, considerado una de las máximas figuras del béisbol mundial, firmó en 2023 un contrato récord de 10 años y 700 millones de dólares con los Dodgers, con quienes conquistó la Serie Mundial en 2024. Su participación en el proyecto “The Vista at Mauna Kea Resort” estaba pensada como un impulso clave para atraer compradores, especialmente del mercado japonés, y se preveía que fuera portavoz y propietario de una de las 14 residencias.
El folleto promocional del desarrollo destacaba su imagen como “el Babe Ruth de Japón” y su papel como “Primer Residente” del exclusivo complejo, cercano a playas y campos de golf de renombre. Sin embargo, según la demanda, las exigencias de Balelo y la voluntad de Kingsbarn de complacerlo derivaron en la ruptura de la relación comercial.
Hasta el momento, la agencia de Balelo, CAA Baseball, ha rechazado emitir comentarios, y Kingsbarn no ha respondido a las solicitudes de declaración.